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En el tiempo presente el anciano pareciera ser una figura en camino de marginación y silencio. Su pérdida, como agente cultural y servidor del pueblo, puede provocar un debilitamiento substancial en la cultura de estos pueblos, así como valores que sus servicios manifiestan e implementan.
Es necesario educarnos en un “pensamiento crítico” ante la globalización, modernidad y postmodernidad, en que, cada vez, estamos más envueltos y afectados. La globalización tiene muchas cosas positivas y capaces de ayudar a crecer al pueblo maya q’eqchi’, pero también contienen indicios de destrucción y ruptura con la herencia humanizadora y positiva de las culturas tradicionales y sus manifestaciones.
Con las siguientes reflexiones iremos presentando algunos aspectos relativos a la identidad y servicios de los ancianos (as) en la comunidad maya-q’eqchi’. No son, ciertamente, los únicos, ni tampoco exhaustivos en su descripción y análisis. Es claro que cualquier servicio del anciano, que mantiene una estrecha relación con la Tradición cultural, contiene aspectos secretos, esotéricos, que no pueden ni deben ser divulgados. Cada cultura, y más aun las culturas tradicionales, conllevan ese halo de misterio, pues se condicionan por la relación con el misterio de la naturaleza, cosmos y cada ser humano.
Los servicios, aquí presentados, nos manifiestan un conjunto muy amplio de valores culturales, que ya hemos desarrollado en una publicación anterior (Texto Ak’ Kutan, n. 31). Servicios y valores han sido fruto de un diálogo y acompañamiento a grupos de ancianos de 3 parroquias de Verapaz (Lanquín, Campur y Cahabón). Ellos son, a fin de cuentas, quienes hicieron posible este trabajo y reflexión que estamos poniendo en sus manos. Usted juzgará su valor y trascendencia. En Ak’ Kutan queremos agradecer este espacio de comunicación con los ancianos (as), que nos permitieron acercarnos y compartir su sabiduría popular, atravesada por la energía de la cultura y espiritualidad del pueblo q’eqchi’.
Nuestra comunicación con los ancianos (as) sigue su camino y desarrollo. Por eso hemos abogado por la necesidad de impulsar el diálogo inter generacional, por reflexionar sobre la relación entre Tradición Cultural y Modernidad, por seguir motivando, en fin, sobre el valor y oportunidad que la herencia de los Antepasados tiene para el momento presente.
Al final añadimos, como anexo, un trabajo de la Comisión nacional de Pastoral Indígena, de la Conferencia Episcopal de Guatemala, sobre ministerios ancestrales, más presentes y explícitos en el occidente de Guatemala.
