Bajo La Cruz

Precio: Q 30,00

Texto

Este trabajo examina las respuestas a la violencia estatal y la forma en que la guerra contrainsurgente afectó a las percepciones e identidades de los q’eqchi’es en el noroeste de Alta Verapaz, Guatemala. En la primera parte, se dará cuenta de las implicaciones sociales de la violencia sufrida por comunidades ubicadas al norte del municipio de Cobán. Aquí el énfasis se dará en lo que ha sido la “elaboración cultural del terror” (Taussig 1991, Zur 1998, Warren 1993 y Nordstrom 1992), surgida luego de que las comunidades de la región quedaron sin referentes simbólicos estables y sin mecanismos culturales apropiados para enfrentar las terribles experiencias que tuvieron lugar en sus comunidades tras una sostenida y sistemática campaña de violencia militar. En este proceso, el ejército explotó las percepciones q’eqchi’ de la violencia que con frecuencia fue interpretada como un castigo sobrenatural por sus propios pecados, algo que también generó sentimientos generalizados de culpa y parálisis social. La segunda parte del trabajo trata sobre el proceso de reconstrucción cultural y social en la misma área, tomando como punto de referencia a la comunidad de Sahakok en donde se construyó una cruz de unos 15 metros de altura donde quedaron grabados en piedra los nombres de 916 víctimas locales de la represión estatal. Aquí se analizará cómo se dio el proceso de reparación social después del período del nim rahilal (el gran sufrimiento) donde los sobrevivientes, con ayuda de agentes externos, construyeron en pequeñas e incontroladas esferas sociales una contra-narrativa que en un momento dado desafió el discurso oficial de los eventos que les tocó vivir. Algo esencial en este proceso de recuperación cultural y física fue la readopción de mitos fundadores y prácticas rituales con el fin de recrear un universo simbólico organizado y, por lo tanto, un orden moral normativo que les posibilitó luchar en contra de lo que Evon Vogt llamó “los demonios, símbolos maliciosos y poderosos del desorden” (1976:65).