
En la historia de la fe cristiana en América se llama proyecto de evangelización pacífica al modo como decía el dominico Bartolomé de Las Casas que había que predicar el evangelio en cualquier tiempo y cualquier lugar. Él lo explica en un libro que escribió a principios del siglo XVI titulado en latín: «De Unico Vocationis Modo», donde dice que todos los pueblos están invitados por Dios a formar parte de la comunidad de creyentes, y que no hay ninguna raza o nación, sea indígena o no, que sea incapaz de recibir el evangelio. Y sigue diciendo que el único modo de llamar a los hombres a la fe es mediante la predicación del evangelio, que persuade al entendimiento para que éste mueva suavemente y sin violencia a la voluntad para aceptar la verdad, y dando ejemplo de vida. Para defender este método pacífico de predicar el evangelio Bartolomé de Las Casas da argumentos y razones de la filosofía, de la biblia, de la historia y de los Santos Padres (los teólogos y escritores de la Iglesia en los primeros años después de Cristo).